Dentro de la transformación digital, migrar a la nube se ha convertido en una estrategia fundamental. Gracias a la gestión de datos en la nube para empresas, se optimizan recursos y se mejora la eficiencia.
Ahora bien, poner una empresa en la nube no es un proceso fácil, de manera que hay que recurrir a un especialista. En Vailos, poseemos una amplia experiencia en la modernización de entornos con equipos AS/400 y en el desarrollo a medida de aplicaciones empresariales basadas en la nube mediante lowcode / nocode.
Previamente a migrar a la nube, lo mejor es crear una lista de tareas, las cuales seguir al pie de la letra para que pasar del almacenamiento local a la nube sea todo un éxito.
7 claves de éxito para trasladar los sistemas de tu empresa a la nube
1. Hay que definir una estrategia y unos objetivos claros
Antes de poner cualquier aplicación empresarial en la nube, hay que preguntarse qué es lo que se quiere lograr. También señalar si hay sistemas y datos prioritarios, así como los plazos.
No hay que olvidarse del presupuesto, ya que condicionará lo que se puede lograr y cuánto tiempo se va a tardar.
2. Evaluar la infraestructura actual
Una vez establecida la estrategia, llega el momento de hacer un análisis de la infraestructura local. Eso significa identificar cuántos servidores hay, qué sistemas operativos tenemos, qué aplicaciones y datos se van a migrar, etc.
La evaluación no termina aquí, pues hay que comprender las dependencias que existen entre los datos y verificar la compatibilidad con los servicios que se van a contratar en la nube.
Por ejemplo, cuando hay sistemas legados como los IBM AS 400 iSeries, habrá que contar con un especialista (nosotros lo somos) para garantizar una migración sin sobresaltos.
3. Elegir el mejor proveedor de servicios en la nube
Por suerte, es posible escoger entre varios proveedores de servicios en la nube. Algunos de los más famosos son AWS, Azure o Google Cloud, aunque hay muchos otros.
Cada uno de ellos tiene sus fortalezas y sus debilidades. Por eso, antes de decantarse por uno, hay que evaluar las necesidades específicas de capacidad de cálculo, la cantidad de almacenamiento, la seguridad, el soporte, etc.
4. Planificar la migración de datos
A la hora de migrar a la nube, este es el paso más importante en la transición. De hecho, nosotros sabemos que es uno de los aspectos críticos.
Antes de tener a la empresa en la nube, hay que considerar factores como el volumen de los datos, los requisitos de seguridad e incluso los tiempos de inactividad.
Dependiendo de la actividad de la empresa, los periodos de parada pueden ser mayores o menores. En el caso de que esto sea crítico, se debe planear bien con el fin de que los datos no lleguen a estar inaccesibles o lo estén el mínimo tiempo posible.
También hay que explorar los diferentes tipos de migración que se pueden llevar a cabo y decidir cuál es la correcta.
Nosotros podemos ayudar en esto, pues desarrollamos cualquier aplicación empresarial en la nube, usando herramientas de lowcode o nocode. Eso hace que las migraciones sean más sencillas al ser este software escalable y adaptable.
5. Hay que implementar medidas de seguridad muy robustas
Aunque se suele decir que la seguridad en la nube es responsabilidad del proveedor, cuando se está haciendo una transición el cliente también tiene parte de esta.
Por eso, se deben implementar medidas de seguridad muy sólidas como son el cifrado de datos en tránsito y en reposo, la gestión de accesos e identidades, e incluso la monitorización continua de la actividad.
En algunos sectores, además, habrá que cumplir con las normas de protección de datos específicas.
6. Se debe capacitar al equipo
Una transición a la nube no termina cuando todos los datos están almacenados en el proveedor, puesto que hay que formar al equipo en la nueva manera de trabajar.
Es necesario capacitar a los trabajadores sobre los servicios que se van a usar en la nube y en especial en las mejores prácticas de seguridad.
7. Siempre se valida la migración
Cuando la migración llega a su fin es el momento de realizar pruebas. Se hacen para verificar que tanto los sistemas como las aplicaciones funcionan bien en el entorno de la nube.
Por ejemplo, se valida la integridad de los datos migrados. También se hacen pruebas para ver si se cumplen los requisitos de disponibilidad de datos y de rendimiento. Es normal que durante este periodo surjan problemas, de manera que hay que tener un plan de acción para cuando esto ocurra.